Las 6:18 p.m. aparecía en mi celular la última vez que lo cheké antes de bajarme del taxi que me traía de la casa deVento. Pagué los tres soles de la carrera, entré al terminal de buses de Arequipa, me acerqué a una caseta, pagué el impuesto por el uso del sitio y escuché “empresa de transportes Gil Muñoz anuncia a los pasajeros con destino a Caravelí en el bus de las 6:30 p.m. ingresar por la puerta 1, rampa 1”. Cotejaron mi boleto, subí las escaleras del bus, el olor ha guardado era potente, ubiqué mi asiento, miré a ambos lados y me dije: mierda volví a calcular mal la distancia con el televisor.
Me acomodé al lado de la ventana en el asiento 21 mientras la gente buscaba sus asientos. Delante de mí estaba sentado un chico que por lo fuerte que conversaba era la primera vez que iba a Caravelí y que había nacido en Tacna. A su lado se sentó una señora que no le quiso cambiar su pasillo por la ventana. Detrás se sentó una señora con corte de cabello clásico y su hijita, una parlanchina pasajera de 5 años llamada Valeria.
Eran las 6:45 y el bus no arrancaba. Los pasajeros empezamos a ‘pitiar’, subió el ayudante del chofer y dijo: “ya señores, ya nos vamos, tanto se desesperan ni que se vaya a ir la ciudad”. No dije nada en voz alta porque en fin, pero en mi cabeza: y encima se hace el gracioso imbécil de mierda. Por fin arrancó el bus.
Salimos del terminal y no sé si es la costumbre o qué, pero yo esperaba que prendan esos minitelevisores y me pongan una película malaza, al menos. Ya estábamos fuera de la ciudad y no había señal de encendido ni intención por hacerlo. Lo que más me sorprendió es que nadie se quejó. Si hubiera sido mi ruta habitual Lima-Pisco o viceversa ya nos hubiésemos amotinado. En fin, lo único de entretenimiento que obtuve de ese bus fue el disco de boleros de Braulio Hito que paradójicamente fue el guitarrista del personaje que me trajo a Caravelí.
Sonó Divorcio yo te pido, divorcio te daré….. ahora el bolero el teléfono y yo no le ponía atención, valga decir que conozco esas canciones porque soy fan de los hermanos Castro ji! Allí mirando la ventana, maldiciendo al bus y la dureza de los asientos (yo venía de un viaje Lima-Arequipa en el Exclusiva: asientos-cama de cuero, aire acondicionado, mantita de polar y almohada muy chevre) le puse mucha atención al repique de guitarra que se escuchaba. Se me hacía conocido, cuando confirmé mi duda, sonreí y pensé: ¿acaso me estás mandando una señal Cholo? El tema que estaba sonando no era otro que su inmortal Payaso, en otra versión, pero su payaso al fin y al cabo: “riendo voy por la vida, tratando de ocultar mi triste pena….reír y reír es mi destino canto tal vez por no llorar. Yo rio cual un payaso que trata de fingir el sufrimiento cruel”.
Continuará….
Me acomodé al lado de la ventana en el asiento 21 mientras la gente buscaba sus asientos. Delante de mí estaba sentado un chico que por lo fuerte que conversaba era la primera vez que iba a Caravelí y que había nacido en Tacna. A su lado se sentó una señora que no le quiso cambiar su pasillo por la ventana. Detrás se sentó una señora con corte de cabello clásico y su hijita, una parlanchina pasajera de 5 años llamada Valeria.
Eran las 6:45 y el bus no arrancaba. Los pasajeros empezamos a ‘pitiar’, subió el ayudante del chofer y dijo: “ya señores, ya nos vamos, tanto se desesperan ni que se vaya a ir la ciudad”. No dije nada en voz alta porque en fin, pero en mi cabeza: y encima se hace el gracioso imbécil de mierda. Por fin arrancó el bus.
Salimos del terminal y no sé si es la costumbre o qué, pero yo esperaba que prendan esos minitelevisores y me pongan una película malaza, al menos. Ya estábamos fuera de la ciudad y no había señal de encendido ni intención por hacerlo. Lo que más me sorprendió es que nadie se quejó. Si hubiera sido mi ruta habitual Lima-Pisco o viceversa ya nos hubiésemos amotinado. En fin, lo único de entretenimiento que obtuve de ese bus fue el disco de boleros de Braulio Hito que paradójicamente fue el guitarrista del personaje que me trajo a Caravelí.
Sonó Divorcio yo te pido, divorcio te daré….. ahora el bolero el teléfono y yo no le ponía atención, valga decir que conozco esas canciones porque soy fan de los hermanos Castro ji! Allí mirando la ventana, maldiciendo al bus y la dureza de los asientos (yo venía de un viaje Lima-Arequipa en el Exclusiva: asientos-cama de cuero, aire acondicionado, mantita de polar y almohada muy chevre) le puse mucha atención al repique de guitarra que se escuchaba. Se me hacía conocido, cuando confirmé mi duda, sonreí y pensé: ¿acaso me estás mandando una señal Cholo? El tema que estaba sonando no era otro que su inmortal Payaso, en otra versión, pero su payaso al fin y al cabo: “riendo voy por la vida, tratando de ocultar mi triste pena….reír y reír es mi destino canto tal vez por no llorar. Yo rio cual un payaso que trata de fingir el sufrimiento cruel”.
Continuará….
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