Llegaron a una mesa en dónde había dos vasos con agua y dos muchachos de anteojos sentados alrededor de ella. Sofía miró a Marlen, tomó aire –hola, ¿les molesta si nos sentamos? Es que no hay más lugares y como hay dos sillas libres, bueno, espero que no les moleste – dijo con tono de timidez y dándoles una pequeña sonrisa. –Ehh sí, claro, este usen la mesa no más, nosotros ya nos íbamos –dijo uno de ellos quién no podía sostenerle la mirada a Sofía, mientras ésta colocaba su bandeja sobre la mesa y se jalaba la silla para sentarse.
Marlen estaba muda, en otras ocasiones,
hasta tuvo que comer en las escaleras de la entrada porque no había lugar o
nadie quería compartir la mesa (valga decir que ella tampoco se atrevía a pedir
lugar), le parecía increíble lo que había hecho Sofía. –Si voy a desayunar
todos los días en una mesa con tranquilidad, creo que voy a ser tu amiga –le
dijo sentándose frente a ella. –Yo que pensé que me querías tomar cariño, oh ¡pobre
de mí! Sólo me quieres usar – dijo poniéndose una mano en la frente dramatizando
–jajajajajaja –soltaron al unísono.
No habían pasado ni cinco minutos cuando
Sofía voltea a mirar hacia la fila de los que esperaban el desayuno, cuando se
percata de una muchacha ataviada con una bandeja, mirando a su alrededor con
una gran frustración en el rostro. –¡Emi, por acá! –dijo casi gritando y
agitando un brazo para llamar la atención de la chica. Emilia se sorprendió por
el llamado, sonrió y caminó rápido hacia la mesa, –hola Sofi, qué difícil
encontrar lugar para comer, pensé que me tocaba desayunar parada –dijo Emilia
tomando posesión del lugar junto a Sofía. Marlen las miraba inquieta, –Oh! Perdón,
Marlen ella es Emilia, Emi ella es Marlen, mi roomate –dijo Sofía. ¡Hola, un
gusto! –se dijeron las muchachas. –¿Se conocían de antes o de ahora? –preguntó
Marlen con curiosidad, –nos conocimos en la inducción, Sofi me ayudó con una
dinámica y pegamos onda –dijo Emilia sonriendo. –A Emi le daba roche, yo sólo
le di un empujoncito –dijo Sofía. Las tres seguían con el desayuno y pasaban el
rato entre charlas, y risas.
–Hola Marly, ¿me puedo sentar con ustedes,
please? –dijo Jackie con cara de por favor, –ehh sí, no hay problema, ¿no
chicas? –dijo Marlen mirando a Sofía. –No, no hay roche, además hay un lugar
extra –dijo Sofi sin despegar sus ojos de la tostada que estaba untando con
mantequilla. –Las presento, ella es Jacqueline, pero todos le dicen Jackie –dijo
Marlen señalando a la muchacha que tenía al lado –ellas son Emilia y Sofía, a
quién ya conociste en la mañana –dijo sin aguantar la risa. –Hola Jackie, ¿todo
bien? –dijo Emilia, –sí, todo bien, es un lío desayunar por aquí, thanks god! Que
ustedes estaban aquí –dijo Jackie acomodándose el cabello. Sofía la quedó
mirando no podía creer lo alucinada que era la tipa –que mal me cae –pensó, –sí,
¡thanks god! Que nosotras estábamos aquí –repitió Sofía con sorna. Al escucharla,
Marlen y Emilia casi escupen el té, la cara de Sofía era mortal, les hacía
muecas imitando a Jackie.
Terminaron de desayunar, corrieron a sus
dormitorios –Sofía, ¿me prestas pasta dental? –preguntó Marlen con miedo a una
respuesta negativa, –sí, agárrala, está en el baño, en mi vaso –respondió Sofía
con tranquilidad –y apúrate que vamos a llegar tarde, Emi nos está esperando,
no me quiero ni imaginar la cola que vamos a tener que fumarnos –decía Sofía
mientras alistaba todo. –Lista, ¿vamos? –preguntó Marlen, –vamos –respondió
Sofía y salieron juntas con papeles en mano a armar sus horarios de clases.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Expulsa tus ideas