"Es joven, guapo y está bronceado", fueron las palabras del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en una rueda de prensa conjunta con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, en Moscú. Otra polémica broma del italiano que dio la vuelta al mundo en cuestión de segundos el 5 de noviembre del 2008. De las risas de compromiso del auditorio del Kremlin, las duras críticas de los partidos de la oposición en Italia, que exigieron al jefe del Ejecutivo que pidiese disculpas, a la vergüenza de muchos italianos, han sido las diversas reacciones suscitadas ante tan controversial adjetivación.
“Berlusconi es sólo el reflejo del racismo que se vive en Italia”, “no somos todos iguales”, “Berlusconi es un coglione”, escriben los lectores italianos en la web site de The New York Times. Asimismo, cientos de italianos enviaron correos electrónicos a los principales diarios estadounidenses para pedir disculpas al país norteamericano y a su futuro presidente. En Facebook, nació un grupo llamado “Perdona, Obama; Berlusconi es un coglione” (imbécil). En pocas horas, registró miles de adhesiones corroborando el sentimiento de vergüenza generado por Il Cavaliere. De igual manera, El dirigente del Partido Demócrata, Dario Franceschini, replicó que "Berlusconi olvida que sus palabras comprometen la imagen de Italia", y es que el comentario cargado de peligrosas ambigüedades han hecho que el mundo conozca un poco más de Berlusconi, y no precisamente su encantadora personalidad.
Un portavoz del primer ministro, aseguró que la masiva reacción muestra una "izquierda desoladora, que no sabe cómo golpear al gobierno". Tras la pregunta de un periodista, Berlusconi respondió que su comentario fue una forma de elogiar al electo presidente, que era una forma de demostrar las ganas de querer ser como él, así como se quiere ser como Naomi Campbell. Pero cuando se le sugirió que podría ser malinterpretado, un ofuscado primer ministro acusó a sus críticos de no tener sentido del humor, "Dios nos guarde de los imbéciles", añadió.
Joyitas de Il Cavaliere
El ‘comentario’ sobre Barack Obama no es el primer dicho mordaz en el currículum de Berlusconi. Un macizo historial, en lo que se refiere a declaraciones polémicas, deja a muchos sorprendidos, a Italia en boca de todos y a la discriminación como adhesión a su nombre.
Tras los atentados del 11-S afirmó, sin miramientos, que la civilización occidental era superior al Islam. Sus principales argumentos eran que los occidentales nunca harían un atentado como el de ellos, matando inocentes; que los occidentales no son opresores con los derechos de las personas, etc. Pareciera que el señor Berlusconi sufre del viejo dicho ‘uno mira la paja en el ojo ajeno’, la persecución de gitanos inocentes, de inmigrantes, la quema de sus campamentos, la búsqueda de la separación entre italianos y foráneos, entre otros, es la mejor carta de presentación de este gobierno italiano de ultra derecha.
El 3 de julio del 2003, Silvio Berlusconi, inaugurándose como presidente semestral de la Unión Europea, llamó "Kapo nazi" (nombre dado a los guardias de los campos de concentración nazi) al socialdemócrata alemán Martin Schulz en el Parlamento Europeo. Fue durante el primer debate del mandato de Il Cavaliere en esa institución. Resulta paradójico que, hoy en día, algunos analistas se han lanzado a proyectar que Italia puede convertirse en la Alemania Nazi del siglo XXI.
También ha dicho que el gobierno español tiene demasiadas mujeres y, en la misma línea machista, en junio del 2005 causó un incidente diplomático menor cuando insinuó que había tenido que galantear a la presidenta de Finlandia Tarja Halonen para garantizar su apoyo a Italia en una decisión de la Unión Europea. Fue durante la inauguración de la sede de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria en Parma, que dijo "tuve que emplear mis tácticas de playboy, aunque no habían sido usadas desde hace tiempo". Estas palabras obligaron a que el gobierno finlandés convoque al embajador italiano en Helsinki, Ugo de Mohr, para manifestarle su consternación y exigir las explicaciones del caso.
Berlusconi is not speaking in my name
Al parecer su producción controversial es a una por año y el 2008 no podía ser la excepción. Il Cavaliere se coronó como el que más ha ‘metido la pata’ con sus palabras y el suceso de Obama es solo una vela más en el pastel, y parece no importarle. El gran amigo de Bush, pues se ha referido a él como ‘un grandísimo presidente’, se mostró totalmente ajeno a lo que pudiera originarse en los Estados Unidos después de su ‘elogio’.
Tal es el impacto negativo que generan algunas declaraciones de Berlusconi que un grupo de italianos creó una página web bajo el lema ‘I'm italian and prime minister Silvio Berlusconi is not speaking in my name’ (soy italiano, pero Berlusconi no habla en mi nombre). Es una campaña virtual en donde cientos de hombres y mujeres se retratan con un papel escrito con el slogan de la web site.
El chiste de Berlusconi es técnicamente bueno, conciso y difícil, dice Javier Cuervo del diario español Faro de Vigo y también acota que un humorista podría contarlo ante un público no racista. Sin embargo, el primer ministro italiano no es un humorista, ni nada por el estilo y sus antecedentes racistas lo hacen el menos indicado para soltar bromas ambiguas en torno al color de piel y la capacidad de una persona. Muchísimo menos en el caso de un presidente electo que representa a minoría.
Berlusconi no se ha disculpado y no se espera que lo haga, pero Italia sí. El ‘chistecito’ le ha demostrado al mundo que la popularidad y la aceptación de Il Cavaliere van en decadencia. Las manifestaciones han sido de diversos modos y eso refleja a una Italia que no está conforme y ya no se queda callada. En un mundo globalizado, el respeto por las multiculturalidades se hace cada vez con más exigencia, pese a ello, al señor Silvio parece no importarle nada, ni nadie. ¿La imagen de Italia cambiará? Cuando Berlusconi deje la dirección o lo obliguen a dejarla, se podrá hablar de verdaderos cambios en la Italia.
Mientras tanto al público extranjero que visita la página web, antes mencionada, vayan los perdones por delante. "Si no eres italiano y te sientes insultado por la ignorancia y las bromas inapropiadas de Berlusconi, por favor acepta nuestras disculpas".
“Berlusconi es sólo el reflejo del racismo que se vive en Italia”, “no somos todos iguales”, “Berlusconi es un coglione”, escriben los lectores italianos en la web site de The New York Times. Asimismo, cientos de italianos enviaron correos electrónicos a los principales diarios estadounidenses para pedir disculpas al país norteamericano y a su futuro presidente. En Facebook, nació un grupo llamado “Perdona, Obama; Berlusconi es un coglione” (imbécil). En pocas horas, registró miles de adhesiones corroborando el sentimiento de vergüenza generado por Il Cavaliere. De igual manera, El dirigente del Partido Demócrata, Dario Franceschini, replicó que "Berlusconi olvida que sus palabras comprometen la imagen de Italia", y es que el comentario cargado de peligrosas ambigüedades han hecho que el mundo conozca un poco más de Berlusconi, y no precisamente su encantadora personalidad.
Un portavoz del primer ministro, aseguró que la masiva reacción muestra una "izquierda desoladora, que no sabe cómo golpear al gobierno". Tras la pregunta de un periodista, Berlusconi respondió que su comentario fue una forma de elogiar al electo presidente, que era una forma de demostrar las ganas de querer ser como él, así como se quiere ser como Naomi Campbell. Pero cuando se le sugirió que podría ser malinterpretado, un ofuscado primer ministro acusó a sus críticos de no tener sentido del humor, "Dios nos guarde de los imbéciles", añadió.
Joyitas de Il Cavaliere
El ‘comentario’ sobre Barack Obama no es el primer dicho mordaz en el currículum de Berlusconi. Un macizo historial, en lo que se refiere a declaraciones polémicas, deja a muchos sorprendidos, a Italia en boca de todos y a la discriminación como adhesión a su nombre.
Tras los atentados del 11-S afirmó, sin miramientos, que la civilización occidental era superior al Islam. Sus principales argumentos eran que los occidentales nunca harían un atentado como el de ellos, matando inocentes; que los occidentales no son opresores con los derechos de las personas, etc. Pareciera que el señor Berlusconi sufre del viejo dicho ‘uno mira la paja en el ojo ajeno’, la persecución de gitanos inocentes, de inmigrantes, la quema de sus campamentos, la búsqueda de la separación entre italianos y foráneos, entre otros, es la mejor carta de presentación de este gobierno italiano de ultra derecha.
El 3 de julio del 2003, Silvio Berlusconi, inaugurándose como presidente semestral de la Unión Europea, llamó "Kapo nazi" (nombre dado a los guardias de los campos de concentración nazi) al socialdemócrata alemán Martin Schulz en el Parlamento Europeo. Fue durante el primer debate del mandato de Il Cavaliere en esa institución. Resulta paradójico que, hoy en día, algunos analistas se han lanzado a proyectar que Italia puede convertirse en la Alemania Nazi del siglo XXI.
También ha dicho que el gobierno español tiene demasiadas mujeres y, en la misma línea machista, en junio del 2005 causó un incidente diplomático menor cuando insinuó que había tenido que galantear a la presidenta de Finlandia Tarja Halonen para garantizar su apoyo a Italia en una decisión de la Unión Europea. Fue durante la inauguración de la sede de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria en Parma, que dijo "tuve que emplear mis tácticas de playboy, aunque no habían sido usadas desde hace tiempo". Estas palabras obligaron a que el gobierno finlandés convoque al embajador italiano en Helsinki, Ugo de Mohr, para manifestarle su consternación y exigir las explicaciones del caso.
Berlusconi is not speaking in my name
Al parecer su producción controversial es a una por año y el 2008 no podía ser la excepción. Il Cavaliere se coronó como el que más ha ‘metido la pata’ con sus palabras y el suceso de Obama es solo una vela más en el pastel, y parece no importarle. El gran amigo de Bush, pues se ha referido a él como ‘un grandísimo presidente’, se mostró totalmente ajeno a lo que pudiera originarse en los Estados Unidos después de su ‘elogio’.
Tal es el impacto negativo que generan algunas declaraciones de Berlusconi que un grupo de italianos creó una página web bajo el lema ‘I'm italian and prime minister Silvio Berlusconi is not speaking in my name’ (soy italiano, pero Berlusconi no habla en mi nombre). Es una campaña virtual en donde cientos de hombres y mujeres se retratan con un papel escrito con el slogan de la web site.
El chiste de Berlusconi es técnicamente bueno, conciso y difícil, dice Javier Cuervo del diario español Faro de Vigo y también acota que un humorista podría contarlo ante un público no racista. Sin embargo, el primer ministro italiano no es un humorista, ni nada por el estilo y sus antecedentes racistas lo hacen el menos indicado para soltar bromas ambiguas en torno al color de piel y la capacidad de una persona. Muchísimo menos en el caso de un presidente electo que representa a minoría.
Berlusconi no se ha disculpado y no se espera que lo haga, pero Italia sí. El ‘chistecito’ le ha demostrado al mundo que la popularidad y la aceptación de Il Cavaliere van en decadencia. Las manifestaciones han sido de diversos modos y eso refleja a una Italia que no está conforme y ya no se queda callada. En un mundo globalizado, el respeto por las multiculturalidades se hace cada vez con más exigencia, pese a ello, al señor Silvio parece no importarle nada, ni nadie. ¿La imagen de Italia cambiará? Cuando Berlusconi deje la dirección o lo obliguen a dejarla, se podrá hablar de verdaderos cambios en la Italia.
Mientras tanto al público extranjero que visita la página web, antes mencionada, vayan los perdones por delante. "Si no eres italiano y te sientes insultado por la ignorancia y las bromas inapropiadas de Berlusconi, por favor acepta nuestras disculpas".
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