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lunes, 14 de abril de 2008

"No la han cogido bien, no le dieron un buen polvo en la mañana y por eso está de mal genio" fueron las palabras que han causado revuelo dentro y fuera del mundo futbolístico peruano. Al jugador Uruguayo Mario Leguizamón, de la USMP, no se le ocurrió mejor idea que soltar improperios contra la réferi FIFA Silvia Reyes, al ser expulsado del partido frente al Alianza Atlético. Normalmente, a las palabras se las lleva el viento, pero estas han calado y duro.

La ministra de la Mujer, Susana Pinilla, la defensoría del pueblo y otras instancias han pedido la máxima sanción para el jugador. El club, por su parte, hablaba de una sanción económica pero el jueves 10 de abril se hizo oficial la salida de Leguizamón del club ‘santo’ por una serie de motivos, incluido el percance con Reyes. Este hecho ha dado pie para que se toque un tema que para muchos suena a controversia ¿puede UNA réferi dirigir un partido de hombres? Son muchas las voces que se han alzado, se solidarizan con Reyes pero no ven pertinente que arbitre encuentros varoniles. Vamos en un caminito que huele a machismo consensuado.

Es cierto que las lisuras van y vienen en un partido, pero no es motivo esencial para cerrar puertas a esta árbitro quien viene de dirigir dos campeonatos sudamericanos, en Chile y en Brasil, sin ningún problema. Evidentemente, la boquita caliente de los jugadores, en un país como el Perú, puede más que la capacidad de un réferi. Aunque en los últimos días, anda rondando la posible actuación de Reyes en el clásico como una forma de demostrarnos lo contrario. Las declaraciones no se han hecho esperar por los jugadores de los clubes implicados. El fútbol peruano tiembla porque: o los jugadores piensan antes de hablar o siguen los pasos de Leguizamón. Esperemos a ver si Reyes vuelve a sacar tarjeta roja.

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